Llevo unos días buscando empleo y decidiendo dónde llevar mi hoja de ruta laboral. Ahora mismo estoy en el paro y necesito reactivarme. He mirado de casi todo tipo de ofertas y candidaturas y aunque no me convencían las ofertas que hay actualmente. Entonce, me planteé estudiar para poder opositar para una plaza de Auxiliar Administrativ@.
Así que, me motivé muchísimo y empecé a buscar cómo llegar a opositar y qué necesitaba aprender. Tras buscar mucho, me apareció un anuncio en Facebook de una escuela llamada Ediform que ofrecían este tipo de preparaciones. Fue cuando pinché en el anuncio y rellené los datos de contacto para que me informaran más.
Al poco tiempo, recibí una llamada de esta escuela donde la chica que me atendía se presentó como Marta, comercial de la sede de Madrid de Ediform. Hablando un poco del curso, me explicó las condiciones del mismo así cómo la duración de 10 meses, el importe de matrícula, los pagos de cuota (esos que no falten) y el certificado final.
Además, durante la conversación, me enfatizó que había salido una nueva ley donde aprobando el examen final de este curso con más de un 80% de las respuestas correctas, trabajaría directamente como Auxiliar Administrativ@ en la Administración Pública sin tener que realizar las oposiciones. Esta «nueva ley» dice que opositar para la administración pública es cosa del pasado y que las oposiciones ya no son necesarias en nuestros tiempos. Con tan solo aprobar ese examen era más que suficiente.
A parte, cuando me habló de la inscripción, la comercial me comento que le faltaba solo una vacante para completar el grupo de estudio, aunque no sabía en qué grupo me podría poner, el de los martes o el de los jueves. Además, cuando le pregunté por los horarios de clase un par de veces, hizo oídos sordos.
Esto en cuanto refiere al curso. Por otra parte, a los dos minutos de hablar conmigo, me dijo que le caía muy bien y empezó a hablarme de sus penas e hizo hincapié en que tenía un hijo discapacitado y qué por favor, le ayudara.
Al final, le pedí que me hiciera llegar todos los datos del curso a mi correo personal y se me puso a la defensiva, aunque me los envió al cabo de un buen rato.
Otro detalle sucedió al colgar la llamada, me despedí y le dije “Gracias Marta ya lo hago” y me corrige el nombre, diciéndome que no es Marta sino Sonia. Ante tal situación, me quedo un poco parada pensando que lo habría entendido mal al principio. Estaba un poco chocada.
Más tarde, tras recibir el correo con los datos de la matrícula, me llega un WhatsApp diciendo que es ella donde me indica a qué cuenta bancaria debo hacer la transferencia de la matrícula. Todo esto sucedió durante la mañana del viernes.
A la tarde, fui a darle una sorpresa a mi herman@ pero en cuando se lo expliqué, me dijo que no hiciera nada todavía y que tenía la mosca detrás de la oreja. Entonces fue cuando se puso en contacto con notefies.com para que hiciera algunas comprobaciones.
Una vez les había explicado todo y haberles enviado la información de la que disponía (nombre de la escuela, correo electrónico, teléfono y nombres de la comercial y mensaje de WhatsApp), pasó el rato y me respondieron.
El resultado fue de traca. No me esperaba nada de lo que me dijeron. Por lo que se ve, el NIF que ponían en su web, estaba dado de alta como una empresa de compra y venta de inmuebles y relacionado con la construcción. A partir de ahí, todo fue de capa caída. Una empresa «consolidada con más de 15 años de experiencia» y resulta que no había ni una sola opinión en todo internet. Además, la web estaba dada de alta desde hacía no más de un año. Me aportaron más datos, pero a mí con estos fueron más que suficientes para abrirme los ojos y recular con esos estafadores.
Y para culminar el día, a las 21.40 h. de la noche, recibí otro WhatsApp por parte de “Sonia” donde me decía que si había hecho ya la transferencia y que “sus superiores” le estaban reclamando ya. En ese preciso momento, decidí bloquear completamente a esa persona.