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La abuela

NTF Prensa - Articulo - La abuela
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25 de noviembre de 2022
ÍNDICE

Esta experiencia le ocurrió a mi abuela y ya que ella no puede narrarla, lo haré yo, su nieto.

¿Cuál es tu historia?

Mi abuela fue una persona muy humilde, trabajadora, sensata y ahorradora. Quería a sus hijas y a todos sus nietos y trabajaba en un humilde quiosco de chucherías, juguetes y prensa rosa. Era de los pocos que quedaban en aquel entonces y trabajaba más de 14 horas diarias junto a mi abuelo. Ellos dos trabajaban mucho, como en muchas otras familias, para poder llegar a fin de mes.

 

Recuerdo que tenía cuatro latas y en cada una de ellas habían monedas de 1 y 5 pesetas. Cada lata representaba una hucha para cada uno de sus nietos. Ella ingresaba el dinero a cada una de las cuentas para que, el día de mañana, sus nietos pudiesen tener unos pequeños ahorros para estudiar.

 

Pues bien, mi abuela, empezó a tener demencia senil y principio de Alzheimer. Al principio era muy sutil; a veces le costaba calcular, otras se olvidaba de las cosas (esporádicamente) y cada vez daba peor el cambio a los clientes, síntoma que avanzaba con la edad.

 

Ahora, y por lo que me contó mi madre, la experiencia sucedió cuando iba a ingresar la recaudación del día al banco, que lo tenía a 20 metros del quiosco. Resultó que en esa breve distancia, se le acercó una mujer pidiéndole ayuda económica y que si fuese tan amable de prestarle dinero para una urgencia y que se lo devolvería enseguida. La mujer, fingiendo mucha desesperación, consiguió convencer a mi abuela para que entrara en el banco y sacara la cantidad que la mujer quería, en aquel entonces serian como 3000 € de ahora o cercano a ello. Una vez tuvo la cantidad no se volvió a saber más de esa mujer. Nótese la ironía cuando digo que el Alzheimer se le debió contagiar a esa mujer porque no se volvió a saber más de ella y quizá se olvidara de la promesa de devolvérsela.

 

Cuando mi abuela fue consciente de lo que había pasado, se vino abajo y fue entonces cuando lo dijo a mi abuelo y a sus hijas, especialmente a mi madre. Claro está, la impotencia, la rabia, la humillación que sufrió mi abuela, no se la merecía. Recuerdo a lo lejos y con claridad sus palabras entre sollozos, las cuales fueron, “qué tonta he sido”. Mi mayor pena fue no poderle decir nunca que no pasaba nada y lo importante es que ella estuviese bien aunque sé que mi madre si lo hizo.

 

En aquel momento, me dio mucha tristeza ver a mi abuela en aquel estado y recuerdo que el disgusto le duró algunos meses.

¿Qué más nos puedes explicar?

Siendo tú su nieto, ¿por qué contarlo ahora?

Cuando me enteré me sentí muy avergonzado e impotente, tan solo era un niño. Creo que con el tiempo, lo he visto como una oportunidad de aprender y crecer, una oportunidad para prevenir posibles situaciones similares a otras personas.

 

Al principio fue difícil asumir que hay personas de corazón oscuro y sin escrúpulos que se aprovechan de cualquier persona, indistintamente de su estado, edad, género, raza, etc.

 

Creo que si he llegado a esta página es por algún motivo y cuando lo hice, sentí que debía lanzarme a explicar la experiencia de mi abuela para que, al igual que yo he tardado mucho tiempo en verlo como una oportunidad y no como un obstáculo, las personas que se hayan visto reflejadas en la historia de mi abuela,  espero que les pueda ayudar.

¿Conseguiste saber cómo se sintió tu abuela?

Realmente no conseguí saber con exactitud como se sentía mi abuela. Solo recuerdo las palabras que se colaron por el resquicio de la puerta del comedor entreabierta. Para mí esas palabras fueron suficientes como para saber cómo se estaba sintiendo. Por supuesto, mi madre y mis abuelos, intentaron mantenerme al margen de todo esto para que no me afectara ya que era una cuestión de asuntos.

¿Qué recomendarías a las personas que puedan haber experimentado una situación igual o similar?

Les recomendaría que se tomaran su tiempo para procesar lo sucedido. Además, también doy gracias a que en aquel entonces, mi abuela se apoyó en su marido y su hija, que fueron unos pilares importantes. El tener a alguien de confianza a tu lado en estos momentos es importante y necesario.

Por otro lado, también recomendaría realizar la denuncia en cuanto antes, es bueno hacerla cuanto antes ya que la memoria de lo sucedido es muy reciente.


Otra cosa que les diría es que el sentimiento de “que tonto o tonta he sido” no es real, una falsa emoción ocasionada por la autodecepción. El estafador o estafadora que os aceche tiene un único objetivo: conseguir dinero a toda costa. Y es precisamente una persona que no tiene escrúpulos, además de aprovechase de las vulnerabilidades y debilidades que mostramos, consciente e inconscientemente.


Y por último, si os habéis visto involucrados o involucradas en una situación similar, reflexionar y analizar lo que pasó objetivamente. Eso os podría ayudar a tener más precaución en el momento de “prestar ayuda” a quien no debéis. La desconfianza en extraños os puede salvar de un mal trago, tanto si habéis vivido una mala experiencia o no.

Las preguntas de NTF

¿

Desde NTF nos hacemos las siguientes preguntas: 

¿Te ha sido útil este caso real? 

¿Te has sentido envuelto alguna vez en una situación similar?

¿Crees que podrías evitar en un futuro este tipo de situaciones?

?

¿Quieres explicarnos tu caso? Con él podríamos ayudar a muchas personas. Escríbenos a: